viernes, 20 de julio de 2018

Pancho Villa


Pancho Villa (1878 – 1923)

“Parral me gusta hasta pa' morirme”, diría mi general Villa, y su puntada se volvió augurio.

El 20 de julio de 1923 a Pancho le arrebataron la vida de la única manera posible: por la espalda y a traición.
95 años después, el bandolero hecho revolucionario permanece en la memoria de los mexicanos; aunque le cale a la reacción. Casi un siglo a cuestas y el forajido que llegó a ser uno de los más grandes guerrilleros de América Latina permanece clavado en el imaginario colectivo y en el hígado de sus detractores.

Pancho Villa, la venganza contra los agravios y represente del furor popular. Ese que peleó siempre de lado del necesitado y el que decía que un maestro debería ganar más que un general. El que cerraba cantinas porque atarantaban al pueblo, el que pedía préstamos forzosos a los banqueros para pagar los primeros aguinaldos en la historia de México y el que aseguraba que el fraude electoral debería castigarse con la pena de muerte.

El alma perdida que encontró en la revolución su camino y su salvación. El que derrotó a la oligarquía porfiriana, a los traidores de la revolución, a los hacendados jijos y el que se chingó a los mentados gringos en su propio territorio. El que fundó 50 escuelas en 30 días de gobierno, el que dirigió el ejército del pueblo más grande al servicio de una revolución y el que no se muere ni matándolo con 150 balazos.

¡Viva Villa!