La muerte de gente inocente en los atentados de París nos estremece, nos llena de rabia e indignación. Nos hace reflexionar: ¿cómo alguien es capaz de algo tan atroz?
Esos actos barbáricos nos hacen recordar a los civiles que mueren en Siria durante la guerra, a los inocentes que pierden la vida en los constantes ataques militares en Palestina, a los que fallecieron hace dos días en el atentado en Beirut; pero no fue noticia. A todos los que sufren por grupos terroristas con armas fabricadas por los mismos países que conforman el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
También nos llegan a la mente, y muy de cerca, a los ciudadanos que mueren en sus propias tierras por autoridades y paramilitares de su propio país. Recordamos a los daños colaterales o `bajas’ de las guerras autoritarias, organizadas por minorías rapaces y sin el consentimiento de la mayoría que las sufre. Esas guerras en donde unos cuantos ponen las balas, miles ponen las vidas y un puñado cobra las utilidades. A esas vidas que son `bajas’ para los incentivadores económicos de guerras absurdas las recordamos acá en México con una indignación muy especial y a flor de piel.
El deseo unánime es: paz y justicia.
Lector afanoso. Escribidor. Soñador hiperactivo. Bohemio de raza. Trovador. Subversivo de arraigo. Idealista patológico. Agitador de conciencias. Librepensador...
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