miércoles, 21 de abril de 2010

Breviario Personal ©

Heme aquí apreciado lector, ofreciendo este humilde texto a tu amable consideración. Espero poder despertar, aunque sea por un momento, tu atareado interés. Yo sé que las ocupaciones diarias a veces requieren de toda nuestra atención. Pero quiero entender también, que un momento de relajación siempre es bienvenido a cualquier hora del laborioso día.
Mi nombre es Alejandro Villasana Carbonell. Apelativo un poco largo para alguien sencillo y quien sabe disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Como varios habitantes de este bello país poseo algo de descendencia española, pero para los que siempre preguntan, soy desde mi comienzo orgullosamente mexicano y cien por ciento chilango.
Corría el año de 1977. Para ser odiosamente más exactos, la media tarde del día ocho. En esa fecha fue cuando aparecí en el mundo rodeado de seres llenos de afecto y ganas de querer. Todos ellos recibiéndome con fanfarrias y algarabía al ser el primero en varios parentescos. A los que hice por primera vez padres, en el instante me obsequiaron su dedicación y una hermosa familia.
La parentela que me rodea es especial desde cualquier ángulo. Encuentras a los familiares que reparten cariño por doquier y los que entregan amor sin remitente. Si ahondas un poco en el árbol genealógico, encuentras grandes historias de éxito: Los que formaron sus empresas, uno que otro personaje de la vida pública, a la quien fuera la primera Senadora del País y varios periodistas reconocidos (Por ellos mi eterno gusto a borronear).
En el ocaso de mi amena adolescencia, empecé la carrera de Administración de Empresas. Algunos años más tarde, ya en la etapa adulta, concluí el ciclo en la Universidad Iberoamericana. En ese lugar encontré grandes conocimientos, algunos aliados dentro de la labor y varios amigos entrañables.
Durante ese gran período formativo (Plan Sexenal), incursioné en la vida laboriosa con el propósito de aplicar lo que tantos desfalcos y desvelos habían costado. Fue entonces cuando aprendí que en la academia el maestro te hace practicar, y durante el trabajo, la práctica es cuando hace al maestro.
Ahora en la etapa laboral tengo en cuenta que he trabajado en lugares muy interesantes, y que me han dejado grandes vivencias. He recorrido por empresas familiares, unas que otras novedosas y algunas otras internacionales. A lo largo del camino he aprendido de las marcas, de los medios y de las agencias, ya que he tenido la oportunidad de trabajar en cada una de estas ramas de la comunicación. Me he empapado del saber de mucha gente valiosa y he adquirido experiencia a base de aplicar la humildad y la entereza.
Desde imberbe desarrollé una sensibilidad para apreciar algunas de las artes. La música y la literatura forman parte fundamental en mi vida, y el disfrutarlas como se debe, acapara gran parte de mis días. La guitarra y el piano han sido mis acompañantes durante la melomanía y mis libros han sido grandes maestros en varias facetas de mi atrabancada vida. Ahora en la cotidianidad, y después de dejar algunos gustos en el suspenso, la voluntad me trajo de regreso a la divertida actividad de escribir.
Ahora que cuento con algo de experiencia en la vida, el deseo de servir a la comunidad es mayor que en el pasado. La necesidad de ser escuchado más allá de mi entorno me motiva a gritar con la pluma lo que años atrás debí haber hecho con la persistencia. El seguir el ejemplo de líderes de opinión me impulsa a ir más allá del pasatiempo.
Los años no pasan en balde, pero me siento entero y con ganas de seguir. Es tiempo de hacer lo que me gusta, y lo pienso hacer aunque salten obstáculos. Mi afán de lucro ya no lo es tanto, aunque nuca jamás será despreciable. Tengo el sueño de dedicarme a lo que más me place, y lo estoy consiguiendo. Y pensar que llegué a creer que se me iba el tren. De solo recordarlo me entran unas ganas tremendas de abofetear a la segazón y de dedicar todavía más tiempo a las actividades que llenan mi espíritu.
Ya para terminar con este mi breviario, he de decir que agradezco el tiempo y el interés. Ahora que he creado un espacio para la expresión espero poder participar en otros tantos. Espero sembrar una semilla de motivación y lograr inspirar al prójimo para cuidarla como suya.
Ese soy yo. El que hoy en día mira con ojos de esperanza y el de la nariz prominente. El que le encanta la fraternidad y odia los espacios confinados. El fanático de las carreras, del fútbol y de los amigos. El que alguna vez tuvo problemas de salud y las calaveras le pelaron los dientes. El que gusta de la música y de la noche. El que admira lo que está de frente, y el que todavía cree que nunca es tarde para volver a empezar.
Alex VC

martes, 20 de abril de 2010

Guión Para Video Clip De "Valle Sagrado"

A lo largo de la historia, nuestro País siempre ha sido un lugar extraordinario y asombroso. Conformado de admirables vistas y fastuosas regiones que enriquecen al horizonte. La belleza se conserva aún a pesar del tiempo y de las inclemencias a las que se ha visto expuesta, y Las Maravillas Naturales siguen siendo una imagen primordial del bello paisaje que es nuestro México.
Desafortunadamente esta concepción se aleja, cada vez más, de lo que reinaba en nuestro hermoso territorio. Los panoramas se ven afectados por los inconvenientes que el mismo desarrollo ha traído consigo.
La contaminación ambiental, los cambios climáticos, así como la sobreexplotación de recursos, aumentan en una escala preocupante, y los espacios naturales se ven limitados, en mayor manera, por la mancha urbana.
En la actualidad, se ha destinado gran parte del suelo para actividades que provocan daños irreparables como la devastación acelerada de bosques, selvas y manglares, trayendo como consecuencia la pérdida de ecosistemas naturales.
En los últimos años, varias especies de plantas y animales han ingresado a la Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción. Algunas de estas, solo se localizan en zonas de la región, y algunas otras, han desaparecido ya, y es imposible recuperarlas.
Fundación DEBISA Verde ayuda en la solución a estos problemas ecológicos. No solo como una indulgencia ambiental, sino como un compromiso real con el Medio Ambiente.
Queremos que México se convierta en un ejemplo para los demás países, al proponer soluciones para los problemas ambientales. Intentamos, con esfuerzos compartidos, lograr mejoras que promuevan la biodiversidad, procurando siempre la cultura ecológica y de conservación.
DEBISA Verde; fundación enfocada al medio ambiente protege y conserva una reserva ecológica denominada: VALLE SAGRADO. Un paraíso virgen en donde las distintas especies puedan vivir en armonía con su ecosistema. Una reserva territorial en el Estado de Campeche con diez mil hectáreas dedicadas a la conservación de miles de especies de flora y fauna. Un paradisiaco lugar con grandes extensiones de manglares, enmarcados por La Laguna de Términos y sus cuatro mil kilómetros cuadrados de agua salada. Un pulmón artificial en contra de la contaminación global y un recinto para homenajear a la Naturaleza y a sus maravillas.
Qué mejor motivación que ver a las aves exóticas volar libremente sobre los cielos de esta tierra. Qué mejor manera de comprender el valor ecológico que observar a los delfines surcar las aguas de la laguna… su hábitat natural.
DEBISA Verde se compromete con proyectos de sustentabilidad ecológica para lograr más espacios libres de contaminación, haciendo así un mejor lugar para coexistir. DEBISA Verde es partícipe con el desarrollo ecológico, la creación de Unidades de Manejo Ambientales y la investigación encausada a la preservación.
En VALLE SAGRADO alcanzaremos ese sueño. Un sueño que se verá realizado con el esfuerzo compartido y con el compromiso de todos nosotros, los que nos preocupamos por nuestro planeta.

martes, 6 de abril de 2010

Tradición Melómana o Ganas de Fregar ©


Requiriendo la dosis diaria de cafeína, y alentado por la ociosidad del momento, hice reverencia a la rutina dirigiéndome a un pintoresco merendero en el jardín de Coyoacán. En dicho lugar, paso las tardes/noches leyendo algunos contenidos, platicando algunas que otras sandeces y escribiendo varias y varias boberías. Ya acomodado en la mesa de rigor (la cual es la que caiga por que cada vez somos más los recurrentes), y sin el mínimo afán de informarme de más, empecé a echarle ojo a un diario deportivo que algún comensal había dejado en la mesa. Mientras me quejaba de lo desentendidos que eran los camareros, entendí que el ser ocupante del mobiliario instantáneamente me convertía en el usufructuario del periódico olvidado. Por lo que comencé a enterarme de los acontecimientos deportivos que habían sucedido durante la semana. Después de algunas hojeadas, realmente no existían noticias novedosas o de interés. Estaba lo de siempre: La Selección Mexicana está mas que lista para jugar los tres (tal vez cuatro) partidos que le corresponden en el Mundial antes de regresar a la concacafquiana realidad; el América cada vez ofrece espectáculos mas deleznables y nuestras autoridades del deporte cada vez apoyan menos a nuestros atletas que más lo merecen. Es decir, la misma “sopa” de siempre pero condimentada con el “Clásico” nacional.
Cuando me topé con la sección de espectáculos, mis ojos detectaron un encabezado, el cual aparece cada década, pero provocando siempre el mismo erizamiento epidérmico: “Paul McCartney dará concierto en la Ciudad de México el 27 de mayo”.
Como de rayo, y aprovechando la cercanía de mi morada, apliqué la graciosa huida para sumergirme en la red con la esperanza de encontrar respuestas a mis miles de dudas. Cuando llegué a la comodidad de mi sillón me dí cuenta, con rabia y odio a mi persona, que la cuenta del Internet no se paga sola, y por lo mismo, estaba privado del servicio hasta pronto pago.
Ya en la resignación obligada, pero maldiciendo a la negligencia coloque el “Abbey Road” para dejar de lado con “Oh! Darling” lo mentecato que puedo llegar a ser, e imaginar con “Golden Slumbers” lo que sería asistir de nuevo al concierto del Ex Beatle. Y así pasé horas de angustia esperando que llegara el sueño, y el día siguiente, para corroborar la noticia.
Con los primeros rayos del sol (del medio día) confirmé que el rumor era más que un hecho. Cotejando la información en los diarios y con los compañeros Beatlemaniacos caímos en cuenta que el artista más grande en la historia del Rock & Roll regresa a la Cuidad de México después de ocho años de ausencia.

Mi historia con Sir Paul es “larga pero no sinuosa” de ahí mi admiración. Siendo apenas un mozalbete, el Rockero mayor de la familia (y quien me heredó sus genes) me presentó con el “Cuarteto de Liverpool” e hizo de mí un seguidor incodicional de su talento. Conforme pasaban los años me fui convirtiendo en un apasionado de la música (melómano enfermo) y me fui adentrando en el Rock y sus corrientes musicales.
Incursionando en la pubertad, y sin ser el mejor de los estudiantes, mi antecesor me proveyó amablemente de presupuesto para iniciar mi acervo musical y para disfrutar de las melodías de mis ídolos en vivo y a todo color.
Llegando a la adolescencia empecé, junto con un entrañable amigo a quien conozco desde infante, (y quien hoy en día disfruta de las buenas melodías en tierras asiáticas) con una tradición que data de veinte años: Asistir a cuanto concierto se organice en la Ciudad de México sin tomar en cuenta las consecuencias. A medida que pasaron los años varios amigos se fueron sumando a la costumbre, y ahora en la etapa adulta, disfrutamos afanosamente de los conciertos sin importar el género musical. Pero admirar a un monstruo de la escena y escuchar “Yesterday” interpretada por su creador siempre será incomparable. Por algo nunca logras olvidar sus conciertos y no existe escenario en el mundo que no se rinda a sus pies.

Todavía me acuerdo la primera vez que nos visitó y las mariposas que papaloteaban en el estómago cuando esperábamos que saliera a cantar. La manera en que nos dedicó “Let it Be” a los asistentes y la media hora que coreamos “Na-Na-Na-Na” al final de “Hey Jude”. Yo tenía dieciséis años y nunca voy a olvidar las lágrimas de los veteranos al ver por primera vez de cerca al ícono del Rock, y después de treinta años de espera. Recuerdo también su visita del 2002 y la emoción al verlo salir con su Bajo en forma de violín y con un saco azul como conmemorando, al mismo tiempo, las épocas de Hamburgo y las del Sargento Pimienta. Esa noche nuestras voces hacían retumbar el domo de cobre como pidiendo que el próximo concierto fuera de nuevo en el Foro Sol. Qué emotivo fue, y cómo nos sacó las de cocodrilo cuando le dedicó “Something” al recién fallecido George Harrison en nuestro “Día de Muertos” y con su ukelele.

Los recuerdos están intactos, y aunque ya lo he visto con anterioridad, el fanatismo me dice que no puedo perderme el evento. Las eternas habladas afirman que sería la última gira del que fuera líder de “Wings” y de muchas opiniones. Ya chequé los precios de los boletos y se volaron la barda como siempre. El escuchar “Band On The Run” de cerca cuesta cuatro mil pesos y mi Jefe como que se quiere pegar. Mi cuenta bancaria en estos momentos se encuentra más perjudicada que Pompeya, y aunque el horno no está para bollos, sé que la razón me habrá de desamparar. Entiendo que llevo gastados cúmulos de pesos en conciertos anteriores pero tengo un compromiso con la tradición y con las ganas de fregar.

Todavía falta una semana para que salgan los boletos a la venta e inicie el atraco de los organizadores. Todavía no se que va a suceder pero ya tengo mis sospechas. Espero realmente que esta historia tenga un final feliz y que el centésimo cuadragésimo séptimo día del año lo festejemos en el Autódromo Hermanos Rodríguez entre nostalgia, interpretaciones musicales y tacos de cochinita.

Alex VC