miércoles, 13 de julio de 2011

Whiter Shade Of Pale…

Y El Público Pidió Más ©
http://www.youtube.com/watch?v=p8jJ1ORIOes


1967 fue la fecha en que este poema psicodélico salió a la luz por primera vez. Aquel `Verano del Amor´ fue el momento indicado para escuchar esta melodía impetuosa y casi alucinante. Voz, armonía y estética conspiran para encumbrar al Rock & Roll con esta obra que ronda más allá del tiempo y la resonancia.
Sus talentosos creadores retoman el camino de la exquisitez con esta extraordinaria versión en vivo de su gran éxito. Hacen gala de su calidad interpretativa con un performance que suena, más que nunca, como música para los oídos, y como grata sorpresa, echan mano de la inspiración para incluir una estrofa entera de versos inéditos para una canción ya antes magnifica.
4 décadas después de aquel verano irrepetible, el Hammond sigue vibrando en la perennidad y esas frases siguen adornando los anales de la música. Oda al sonido e himno para los que saben disfrutarlo, apología de las palabras para los que gustan de interpretarlas y experiencia casi inédita para la mente. Un ejemplo claro de suntuosidad acústica a la orden de los más exigentes.
Preparen la mente y liberen los oídos, disfrutemos de Procol Harum y de esta canción que, sin importar el paso de los años, sigue siendo, para muchos de nosotros, la eterna favorita: Whiter Shade Of Pale…








viernes, 1 de julio de 2011

¿Que qué opino de Jim Morrison? ©





"Cancel my subscription to the resurrection": Jim Morrison (8/Dic/43 - 3/Jul/71)






¿Que qué opino de Jim Morrison?



Eso sería fácil de contestar si tuviera todo el tiempo del mundo…



Después de casi 20 años de conocer a Jim Morrison puedo decir que nuestra relación, aunque incógnita, siempre ha sido cordial, y por como el tiempo ha pasado de rápido, indeleble. Esto, seguramente debido a la profunda admiración que le tengo desde aquel día en que mi padre nos presentó, y porque estoy seguro de que no hubiera podido ser de otra forma. Nuestra amistad fue (y se mantiene así hasta el día de hoy) sencilla y honesta, tal vez porque en aquellas épocas yo era tan solo un adolescente y él era ya un mito de esos que no se dan en masetas, sino en momentos enfáticos de la historia de la música. Nuestra afinidad ha sido duradera porque al instante, y sin opción a que fuera de otra manera, me embelesó su gran obra, su talento inigualable, su espíritu de libertad y su fascinante desfachatez, ¿qué adolescente no se sentiría identificado con un personaje como ése? Conforme iba pasando el tiempo, y a medida en que los años se iban acumulando en mi persona, fui entendiendo varios aspectos de su legado que en mis años mozos eran simplemente sorprendentes incógnitas agradables para mis oídos: Mi prematuro amor a la lectura, cosa que curiosamente compartimos, me ayudó con los años a identificarme, todavía más, con todos aquellos mensajes armónicos y esas señales líricas de inspiración que Jim mandaba en cada frase y en cada momento de su vida a la juventud de cualquier época y a los adultos que insisten en serlo a todo momento; mi temprana admiración por la música, cosa que también nos unía sin saberlo, hizo que sus melodías se alojaran en mi mente desde la primera vez que las disfruté y se mantuvieran, ahí, aferradas en la memoria, y en mi gusto, por casi 2 décadas. Sé que muchos no considerarían al `Rey Lagarto´ como el mejor ejemplo a seguir para una juventud impetuosa y necesitada de ser escuchada, pero creo firmemente que para mi precoz existencia, y ahora en mi entrante madurez, fue un modelo en varios aspectos de mi vida, ya que hasta los excesos sirven de mal ejemplo, y ese entusiasmo que siempre tuvo por el arte y por la expresión inteligente sin tapujos, jamás en mi vida me la enseñaron en la escuela.



¿Cómo puede haber una relación entre dos personas que jamás en la vida se conocieron, y nunca podrán hacerlo?



Es sencillo: el artista regala su talento a la posteridad para que las personas decidan apreciarlo. Yo al aceptarlo, y al hacerlo parte de mi vida, dio como resultado una sinergia en la distancia, lo que se convirtió en una amistad que va más allá de lo convencional y que se transformó en atemporal, y por lo mismo, eterna.



¿Cómo definiría a Jim Morrison?



¡Uf! Morrison es algo que siempre se me ha hecho difícil de explicar: no puedo decir que es mi amigo, porque jamás en la vida pude estrechar su mano o platicar un instante, las horas enteras de preguntas y comentarios que le pudiera haber hecho, pero al mismo tiempo siento una amistad entrañable entre nosotros; no puedo encasillarlo como el líder de The Doors, porque sería como cuartar su identidad, y aunque sé que la banda fue parte fundamental para su reconocimiento, el fue un eje primordial para el éxito de la agrupación; no puedo decir que es un ícono porque sería como faltar a ese deseo de jamás ser encasillado y no puedo decir que era mi cantante favorito, porque en realidad no lo fue; aunque su voz fue lo primero que, por obviedad, escuché de él.
James Douglas Morrison, Jim, fue un ser irrepetible, con una esencia que hasta el menos perceptivo la reconocía, con una fuerza en la palabra que lo hacía ser escuchado hasta por el más obstinado, fue insolente con lo establecido, ¡y qué bueno! A veces lo establecido es más insolente con el libre albedrío ¿Fue un loco? Seguro que sí, los llamados `locos´ son imprescindibles para el mundo, ya que sin ellos, mucho del talento permanecería en la penumbra.
El siempre recordado Jim fue un poeta cáustico, un vocero de la libertad y del libertinaje, un portavoz de los que no se atrevían a expresar su sentir, un Chaman melodioso que intoxicaba con talento puro, casi etílico, al Satus Quo, un individuo sobresaliente de su época entre miles de artistas talentosos, un líder psicodélico de opiniones profundas, un genio incomprendido creador de odas para las multitudes, un hombre de carne y hueso que llevó una vida de letras, música y excesos que hicieron de su persona un ser para la inmortalidad…



¿Un mensaje para Morrison?



Ya lo sabe: “Un año más para recordar que ya no estás con nosotros y tan sólo un momento más para darnos cuenta que estarás siempre al alcance del afortunado que se dé el tiempo de conocerte. Hace ya 40 años que cruzaste las puertas de la eternidad e hiciste más impetuosas las de la percepción.”
Nos veremos algún día en lo desierto, en la cima de aquella duna que pareciera desvanecerse como un espejismo al ritmo del Blues. Ahí estarás tarareando canciones y recitando poemas, imaginando como sería un mundo en donde la expresión jamás fuera coartada y siendo del otro lado de la vida un ser más vivo que nunca...



Alex VC