viernes, 28 de diciembre de 2012

El Día de Los Inocentes



Libres todos los detenidos del #1Dmx por el flamante gobierno represor. Nunca fueron culpables, siempre fue claro.
Se demostró gracias a la sociedad crítica y propositiva que aquel día los inocentes fueron coartados, golpeados y violentados, mientras que los vándalos organizados y represores actuaron con libertad.
Los acusados están libres, pero ¿cuándo serán juzgados los halcones y porros pagados, los policías federales y del DF que golpearon y aprendieron arbitrariamente?
Lo que trataron de hacer el 1° de diciembre no les resultó. Quisieron hacer efectivos sus viejos métodos y se encontraron con una sociedad nueva. Querían criminalizar la protesta social y se criminalizaron ellos mismos. Querían amedrentar a la sociedad crítica y resultaron amedrentados. Quisieron corromper la ley y la ciudadanía la hizo valer. Quisieron pasar por encima de ésta ciudad y la ciudad les pasó por encima. Quisieron crear miedo desde el primer día y crearon más conciencias.
La sociedad organizada y crítica es el mejor remedio contra el autoritarismo y quedó claro.
Las exigencias de la sociedad ya no son las mismas que antes del 1° de diciembre, ahora son más. Los medios que señalaban como delincuentes a los detenidos tienen que señalar a los que verdaderamente lo son. Las autoridades tienen que hacer valer la justicia: los que rompan la ley tienen que ser sancionados y los inocentes tienen que ser libres. Ah, y los reaccionarios que dicen que debe de haber mano dura contra los manifestantes… esos pueden ir a pedir chamba de granaderos.

martes, 2 de octubre de 2012

"TLATELOLCO 68" Jaime Sabines



1

Nadie sabe el número exacto de los muertos,

ni siquiera los asesinos,

ni siquiera el criminal.

Ciertamente ya llegó a la historia

este hombre pequeño por todas partes,

incapaz de todo menos del rencor.

 

Tlatelolco será mencionado en los años que vienen

como ho hablamos de Rio Blanco y Cananea,

pero esto fue peor,

aquí han matado al pueblo:

no eran obreros parapetados en la huelga,

eran mujeres y niños, estudiantes,

jovencitos de quince años,

una muchacha que iba al cine,

una criatura en el vientre de su madre,

todos barridos, certeramente acribillados

por la metralla del Orden y la Justicia Social.

 

A los tres días, el ejército era la víctima de los desalmados,

y el pueblo se aprestaba jubiloso

a celebrar las Olimpiadas, que darían gloria a México.

 

2

El crimen está allí,

cubierto de hojas de periódicos,

con televisores, con radios, con banderas olímpicas.

 

El aire denso, inmóvil,

el terrror, la ignominia.

Alrededor las voces, el tránsito, la vida.

Y el crimen está allí.

 

3

Habría que lavar no sólo el piso: la memoria.

Habría que quitarles los ojos a los que vimos,

asesinar tambien a los deudos,

que nadie llore, que no hayamas testigos.

Pero la sangre echa raíces

y crece como un árbol en el tiempo.

La sangre en el cemento, en las paredes,

en una enredadera: nos salpica,

nos moja de verguenza, de verguenza, de verguenza.

 

Las bocas de los muertos nos escupen

una perpetua sangre quieta.

 

4

Confiaremos en la mala memoria de la gente,

ordenaremos los restos,

perdonaremos a los sobrevivientes,

daremos libertad a los encarcelados,

seremos generosos, magnánimos y prudentes.

 

Nos han metido las ideas exóticas como una lavativa.

pero instauramos la paz,

consolidamos las instituciones;

los comericantes están con nosotros,

los banqueros, los políticos auténticamente mexicanos,

los colegios particulares,

las personas respetables.

 

Hemos destruido la conjura,

aumentamos nuestro poder;

ya no nos caeremos de la cama

porque tendremos dulces sueños.

 

Tenemos Secretarios de Estado capaces

de transformar la mierda en esencias aromáticas,

diputados y senadores alquimistas,

líderes inefables, chulísimos,

un tropel de putos espirituales

enarbolando nuestra bandera gallardamente.

 

Aquí no ha pasado nada.

Comienza nuestro reino.

 

5

En las planchas de la Delegación están los cadáveres.

Semidesnudos, fríos,agujereados,

algunos con el rostro de un muerto.

Afuera la gente se amontona, se impacienta,

espera no encontrar el suyo:

"Vaya usted a buscar a otra parte."

 

6

La juventud es el tema

dentro de la Revolución.

El Gobierno apadrina a los héroes.

El peso mexicano está firme

y el desarrollo del pais es ascendente.

Siguen las tiras cómicas y los bandidos en la televisión.

Hemos demostrado al mundo que somos capaces,

respetuosos, hospitalarios, sensibles,

( ¡ Qué Olimpiada maravillosa ! )

y ahora vamos a seguir con el Metro

porque el progreso no puede detenerse.

 

Las mujeres, de rosa,

los hombres, de azul cielo,

desfilan los mexicanos en la unidad gloriosa

que construye la patria de nuestros sueños.

lunes, 4 de junio de 2012

Sueños Despabilados ©



“Se puede dejar de dormir, pero nunca se debe dejar de soñar…”. Esta premisa la he empleado la mitad de mi vida como un aliciente para siempre esperar algo mejor de los momentos que se atraviesan en mi camino y ha sido mi gran método de entretenimiento para los momentos ahorcados del día y  noches de desvelo. Sinceramente no recuerdo si aquella añeja frase es propia. La verdad es que puedo dudar que lo sea, ya que a los 16 años lo único que se me ocurría eran excelentes escusas; pero tampoco recuerdo al supuesto autor intelectual de la misma. El punto es que la tengo gravada en la mente como el más vistoso de los tatuajes.

Ahora no lo sé tanto, pero los que se aproximan a mi generación recordarán que el juguete favorito de los niños era la mente, y aunque la sociedad y el sistema educativo a veces se empeñan en que lo olvidemos, algunos adultos de este nuevo siglo seguimos utilizando a la imaginación como un aparato de entretenimiento. Y es que si soñar dormido a veces es estupendo, soñar despierto es inigualable.
Por lo general no recuerdo lo que soñé la noche anterior a despertar, y es un poco frustrante porque suelo tener sueños bastante amenos. La música, los libros, las aventuras y desventuras citadinas son frecuentes en mi vida desde pequeño y creo que por lo mismo el material de mis guiones oníricos es bastante rico, de ahí que el no recordarlos sea una lástima. Tal vez por esa razón es que suelo soñar tanto cuando estoy despierto —cosa que es muy entretenida para mí, pero en ocasiones, es un inconveniente para los demás— pero el resultado, por lo general, es benéfico para todas las partes.
Uno de mis momentos favoritos para soñar despierto es cuando voy caminando por la calle: el ir admirado el panorama y el ver a la gente transitar me brinda suficiente material para desarrollar una historia absurda en segundos, en donde el personaje principal siempre es un servidor, y está por demás decir que mi participación en el sueño despabilado es épica. La ilusión en algunas ocasiones termina siendo una gringada, pero de esas que son algo divertidas. Algunas otras veces suelen convertirse en “churros” bastante exagerados, pero casi todos los trayectos suelen trascender como sagas exitosísimas. El problema es cuando no sueñas que vas poniendo atención en el asfalto y sufres dolorosos tropezones o caídas humillantes que se quedan grabadas entre las burlas de los desconocidos que deambulan bien despiertos.
Cuando se era pequeño, el imaginar hasta lo inimaginable era el juego preferido en cualquier momento del día y el crear historias extraordinarias a partir de lo cotidiano era de lo más alegre para los mozalbetes de la insipiente década de los ochentas, en donde los videojuegos modernos comenzaban a aparecer, pero sin irrumpir en el proceso imaginativo. Recuerdo que en aquel tiempo existían juguetes y artefactos increíbles, que ningún niño descendiente del balero no se hubiera quedado embelesado; pero aunque era todo un reto dejar los controles en la mesa, el jugar al aire libre con la imaginación de comparsa era la actividad preferida. Ahora creo que esos tantos momentos de vago me aprovisionaron de lo suficiente para hoy seguir soñando despierto. Por cierto: es una lástima que los niños ya no anden por ahí de vagos, y es que es muy importante haberlo sido para lograr ser un paseante de la vida…
Yo era de esos niños que se distraían fácilmente en el salón de clases o en momentos en que tenía que estar atento —cosa que en un cuarto de siglo no ha cambiado mucho­— pero no como cualquier otro chamaco de esa cándida edad. Hoy creo que aquellos momentos en que fantaseaba con los ojos bien abiertos fueron de gran ayuda para que mi infancia fuera tan feliz y las llamadas distracciones no eran más que intentos por visitar un lugar en donde el tedio no era posible y en donde la tristeza era prohibida por decreto. …
En la etapa adulta, es más difícil imaginar lo inimaginable porque muchas cosas con las que soñábamos están al alcance de la mano; pero aunque por doquier hay imágenes maravillosas —y hasta en 3D— nunca he visto alguna como las que se forman en mi cabeza cuando percibo el aroma del café. Jamás he disfrutado en la pantalla grande alguna visión como las que me regala la ociosidad o similares a las que aparecen cuando estoy frente a una hoja en blanco; y aunque existan avances tecnológicos en donde la definición es más clara que la del ojo humano, nada se compara con las cosas absurdas que visualizo mientras alguien me está sermoneando.
Aunque mucha gente asegure que no se puede vivir de sueños, la imaginación nos surte de miles de argumentos para rebatirles tal afirmación. Desafortunadamente las actividades diarias y las responsabilidades de la etapa adulta a veces interrumpen ese maravilloso proceso de soñar despierto, pero si cotidianamente hiciéramos un ejercicio de recordar la manera en que veíamos los problemas y el aburrimiento cuando éramos niños, los días serían más llevaderos. Algunos exageramos en el tiempo de imaginar, pero si encontráramos el punto exacto entre la seriedad de las responsabilidades y lo magnífico que es creérnosla, nuestro mundo sería un mejor lugar para soñar.
El que deja de soñar de alguna manera deja de vivir la vida. Me es muy difícil entender una existencia sin sueños, y es que si dormir es muy importante, soñar es imprescindible. Una vida sin sueños es aburrida por principio, un momento del día sin soñar es como dar por hecho que la realidad es inamovible y eso es tan soporífero como tocar una guitarra sin cuerdas…
Sueñen que nada cuesta, imaginen a cada momento y la felicidad será la mejor de las visiones, y si bien no es bueno escapar de la realidad, si lo es el tomarse unas vacaciones de vez en cuando…

 Alex VC

http://elcallejondelaguacate.blogspot.mx/



jueves, 8 de marzo de 2012

Mi Cumpleaños (La Friolera De 35 años) ©

Por  fortuna, y para poder vivir para contarlo, amaneció otra vez siendo mi cumpleaños. La mañana pareciera ser como cualquier otra: el sol se mantiene en su lugar de costumbre, el clima de marzo está en sus niveles permisibles y el tráfico es a todas luces absurdo. Los timbrazos del despertador fueron insensibles como acostumbran serlo y mi negativa a madrugar es idéntica a la de cualquier jueves; pero las demostraciones de afecto hacia mi persona, que gratamente no han cesado desde las primeras horas de este mi día, han hecho del mismo, el mejor del incipiente año.  
A partir de muy temprano, e inclusive, desde las postrimerías del día de ayer he recibido demostraciones de afecto, llamadas de felicitación, así como mensajes de amigos y familiares quienes han atiborrado de emoción mis momentos. Todas y cada una de sus muestras de cariño las he de amontonar por lo que me queda de vida y me faltará tiempo para correspondérselas, mientras tanto, mando de regreso (y a manera de reembolso) besos y abrazos al aire para que los alcancen y los hagan suyos para siempre.
Exactamente cumplo la friolera de 35 años, por lo que cae a mi consideración, que me encuentro en la medianía de la expectativa de vida actual y a un lustro del engorroso examen de la próstata. Éstas tres décadas y media han sido tal cúmulo de emociones y experiencias que podría pensarse son propias de un quincuagenario; y no porque físicamente represente esa edad, porque la verdad es que no estoy tan tirado a la calle, sino porque mi andar en este tiempo comenzó con mis primeros pasos y mi constante pasear por la vida ha sido desde que aprendí lo que significa el deleite. Mis gratos recuerdos los atesoro con cariño porque  los  copartícipes de los mismos han llenado mi vida de alegrías, y volteando a mi alrededor, me doy cuenta con agrado que la gran mayoría aún se encuentran por ahí.  Si no llego a cumplir con éxito la segunda mitad del promedio de vida en México, espero por lo menos disfrutar de lo que me resta como lo he hecho hasta ahora: gozando de lo que se atraviesa en mi camino y de los que se encuentran en mi corazón desde que abrí los ojos por primera vez. Ojalá que todavía me quede mucho tiempo, porque la verdad es que estoy muy a gusto en este mundo como para irme de retiro prematuro,  así es que espero escuchar por muchos años “Las Mañanitas” antes de “Las Golondrinas”. Afortunadamente,  gozo de una buena salud, por lo que no creo tener que preocuparme por dejar esta dimensión en estos momentos, y para fortuna de los que ya vemos no tan de lejos los cuarentas, el examen de la próstata ya se realiza solamente extrayendo sangre del brazo y no con los métodos infrahumanos de antaño en salva sea la parte…
Recuerdo que cuando paseaba por la pubertad, el cumplir 25 años lo veía bastante remoto, y es que para los imberbes, la etapa de vagancia e irresponsabilidad era tan hermosa que el siquiera pensar en rebasarla era difícil, por lo que imaginar lo que sería cumplir 35 era prácticamente una blasfemia. Cuando rondaba apenas la mayoría de edad, veía como “señores” a los que vivían los treinta, consideraba como “viejos” a todas las personas que pintaban canas, e inclusive, otorgaba el título de “abuelo” a cualquiera que pasara la cincuentena. Ahora que rebaso el cuarto de siglo, y que cada vez aparecen más canas en mi todavía oscura cabellera, entiendo que de mozalbete decía bastantes estupideces, ya que para viejos los cerros, y para señores, los que están sentados en La Suprema Corte de Justicia.
El tiempo ha pasado volando, y seguramente ha sido así, porque me he divertido horrores desde que aprendí a reír; y aunque la juventud se está convirtiendo en un accesorio difícil de combinar con mi vestimenta, la vejez no es algo que todavía me siente bien. Para alguien que le ha dado vuelo a la hilacha desde la adolescencia sigo estando cercano a lo sano. Las arrugas de la frente cada vez toman peores formas, pero la carrocería sigue estando en condiciones de aguantar grandes premios. Hoy tomo consejos de la edad, pero me sigue sonsacando la juventud, y no obstante que los años ya se quedan en el espejo, de repente sigo viendo al niño que tanto le gustaba vagar y al jovenzuelo que hacía barrabasadas como deporte al afeitarme los cachetes.
Como cada año, comparto mi día con todas las mujeres. La coincidencia es tal vez porque soy su más grande admirador y hoy aprovecho mi dicha para felicitarlas y reiterarles mi eterno afecto y enajenamiento.
Gracias familia y amigos por tanto regalo. Esto que escribí es solamente una manera obscena de corresponderles los agasajos a mi corazón, pero es la forma en que lo sé hacer y va con mi inmortal aprecio.
Alex VC

domingo, 8 de enero de 2012

La Celebración Del Camaleón ©



Su canción Quiksand lo dice textual: “Sólo un mortal con el potencial de un súper hombre”. Frase pretenciosa para cualquier individuo común y corriente, pero adecuada para un individuo como David Bowie.


David Robert Jones, Ziggy Stardust, Aladdin Sane y David Bowie nacieron el 8 de enero de 1947 trayendo como resultado un ser musical único y fuera de todo contexto o explicación. Por más que la historia lo trata de acomodar en algún género musical, su irreverencia hacia lo establecido y su eterna creatividad sonora la hacen desistir irremediablemente. Varios géneros musicales han surgido, y seguirán surgiendo, a partir de sus propuestas; pero es prácticamente imposible tratar de etiquetar en un género a alguien que ha creado sonidos irrepetibles, quien desafió con éxito al mismo Rock &Roll y cuyo legado es del agrado de todo tipo de corrientes musicales alrededor del mundo. 


Pareciera absurdo tratar de comprender todo lo que conforma al artista, parecería más sencillo el solamente conformarnos con disfrutar de su obra; pero en el caso de Bowie, siempre aparece la imperiosa necesidad de saber, de conocer y de sentir más allá de lo que los oídos y la mente parecen percibir. Sus discos, a lo largo de más de cuatro décadas, crearon un mundo a la par del que vivimos. Su creatividad estética plasmó imágenes a la par de nuestra imaginación y sus canciones escribieron historias y personajes a la par de nuestras vidas. 


Brixton hoy es patrimonio musical porque “El Duque Blanco” celebra su onomástico y llegan los aplausos de todas partes para rendirle el homenaje que se merece. Éste día David Bowie cumple 65 años, mismos que le han bastado para cumplir uno de los que pudieran ser sus propósitos en este mundo: crear arte. Generaciones unidas por el gusto de escucharlo, más las que el tiempo añadirá con razón, cantan a coro sus canciones. El reconocimiento es ya parte de la vida de este músico, compositor, personaje, director, actor y hombre de talento incesante, voz potente y ojos de semáforo. No es posible, tal vez por el momento, catalogarlo en un género musical, pero su lugar en la historia de la música, hoy y para la posteridad, es inamovible. 


¿En quién o en qué irá a resurgir esta vez “El Camaleón? Sólo el tiempo lo dirá, ya es una de sus agradables costumbres el saber sorprendernos. ¿Qué género inventará esta vez? Dependerá solamente de su creatividad. ¿Regresará como un hombre, un personaje de su imaginación o una quimera? Tendremos que esperar. Y la duda de siempre, Bowie: ¿habrá vida en Marte?...


Alex VC