jueves, 30 de diciembre de 2010

La Última Y Nos Vamos (Feliz 2011) ©

He de confesar que ante los constantes resfriados que me han aquejado esta época decembrina—aunque parezca increíble me encuentro en el tercero—, y entre tanta celebración y cuanta parranda decembrina me vi involucrado —voy como en la decimoséptima aunque parezca infrahumano— ha sido casi imposible para este agripado bohemio el escribir el pliego petitorio para Santa Claus o la lista de promesas alcanzables e inalcanzables para el año que se avecina.
Entre tanta festividad y tanto brindis, a veces sin razón, no se me han facilitado los instantes de inspiración, o más bien, el cuerpo no se ha topado con el relajamiento adecuado para poder acercarse a esa calma que tanto exige el escribir, y no es que no logre encontrar un momento de quietud, porque han habido varios, pero entre malestares respiratorios y resacas, los lapsos de calma se convierten en lechos de muerte. Ahora en el fugaz relajamiento, y parado frente a la salida de emergencia del edificio de los excesos, hago una pausa en mi fastidio para relajar el cuerpo con panqué y café caliente —en vez de antibióticos y “micheladas”— y trato de seguir, aunque sea por un rato, con mi afición y obligación de teclear. Es importante ser constante en la vida, pero cuando te tiemblan las piernas por la desvelada, o te escurre la nariz por la gripa, es difícil hasta divertirse, por lo que me rompo la cabeza para tratar de despedir el año con algo de responsabilidad en medio de vagancia y preocupación por las tareas mandadas al olvido. Estamos a un día, y escasas horas, del primero de enero y todavía ni siquiera le doy forma a los textos que tengo que entregar en los primeros días el 2011, y como se estarán dando cuenta, sigo dejando de lado esos encargos, algunos ya hasta pagados. Me encuentro en la última estación del año y algunos clientes morosos cierran sus puertas a los pagos hasta nuevo aviso, por lo que habrá que ver cómo le hace uno para reacomodarse por que en estas fechas se gasta hasta lo que no se tiene, y se presentan algunas otras situaciones que a veces empañan los cristales del entretenimiento, pero con jaqueca, café y medio encima y con un poco de cínica resignación llegué a una nada sana conclusión: La vida es tan corta como para preocuparse de más en épocas de diversión, y es que si encontré tantos, y tantos, momentos para parrandear y arrastrar el apellido por la Ciudad de México y el estado de Morelos, creo poder encontrar, aunque sea en lo más recóndito, algún momento para ser responsable.
Todavía no es tiempo para hacer un recuento de lo que pasó en un año, pero ante mi casi ininterrumpida afición de despedazar los propósitos de año nuevo, esta vez, en medio de excesos, infortunios y buenaventuras, logré dejar el delicioso y arraigado vicio de fumar, y he procurado ser constante y no renunciar al ejercicio; sin importar que los malos hábitos y la pereza hicieron hasta lo imposible por alejarme. Hubo algunos sustos con la salud de algunos seres queridos pero afortunadamente todos ellos se encuentran despidiendo el año muy bien. A modo de resumen creo que fue un buen año, otra cosa mejor no podría recibir de Reyes, y tal vez más adelante haremos “El Recuento De Los Daños 2”.
Sólo me queda desear lo mejor para las personas que quiero, y esperar que reciban grandes regalos como: salud, bienestar y felicidad, lo demás, lo consiguen en la tienda. Ojalá los consanguíneos y los amigos se encuentren rodeados de buenos momentos y que el 2011 sea para disfrutarse y recordar.
Ya está apretando el frío y el estar en la intemperie comienza a transformarse en una necedad, así es que parto canturreando hacia el hogar porque a lo mejor tengo todavía algunas horas de descanso antes de que surja un nuevo pretexto para despedir con anterioridad el 2010. Mañana será otro día y pasado mañana será otro año. Este ratito frente al teclado ha sido de lo más confortante, ya que por algunos minutos se me olvidaron las aspirinas y los alimentos condimentados. Ya bajó la temperatura de la mano de mis defensas y hay que presenciar cómo se organizará la Cena de Año Nuevo. Disfruten las fiestas y deléitense con la compañía. Despidan el año con trompetas, copas y buenos deseos. Ya nos encontraremos en algún momento del año venidero, mientras tanto, reciban un abrazo los amigos y un beso tronado las féminas. Digamos: ¡Salud! Que es la última y nos vamos…

Alex VC

1 comentario:

  1. Happy new year!!!! Que este año sea lleno de salud y bendiciones: besitos

    Lau Arenas =)

    ResponderEliminar