jueves, 6 de mayo de 2010

El Sol y Su Rudeza Innecesaria ©



Bienvenido seas quinto mes del año y ¡Maldita sea! Qué calor está haciendo. Entiendo que para estas fechas el invierno siempre es un recuerdo, pero desde hace días empiezo a notar, como todo aquel que camina dos pasos, que las altas temperaturas operan con exageración en el territorio nacional. Por más que haya intenciones de contrarrestarlas no se ve manera de ganar la batalla, y la necesidad imperiosa de agazaparnos en lo más recóndito de la sombra, cada vez es mayor a lo largo de los soleados días.
Cuando deberíamos de estar disfrutando de lo templado de la primavera, el calorón hace todo lo posible por hacernos ardorosos los días, y no se contempla cercano el desenlace de los embates solares. La rutina muchas veces exige actividades al aire libre, por lo que los colaboradores tendrán que entender las guayaberas y la moda Hawaiana.

Sufriendo la rudeza innecesaria de Quetzalcóatl, y en momentos de extrema transpiración, los capitalinos comienzan a extrañar los Frentes Fríos y buscan perturbados alguna palapa o cualquier bebida refrescante que haga su función. El verano todavía ni se asoma y los grados centígrados nos hacen sentir como si nos halláramos en la zona más desértica de Arizona. Solamente que sin los Freeways, los Outlets y los condenados Republicanos pidiéndonos nuestra identificación como si nuestros antepasados no tuvieran derecho de piso, y como si no fueran ellos los “arrimados” de esas tierras.
Son las cinco de la tarde en el DF y las hondas de calor deambulan como si fuera medio día en Durango. El trayecto de dos cuadras ha sido como atravesar el Sahara con un abrigo de mink y las lágrimas de sudor me imploran encontrar cualquier oasis con aire acondicionado; de ser eso posible. Después de dos aceras, y de casi pedir posada en la paletería, llegué al lugar que parecía ser la solución a mis problemas de soponcio.
Ya un poco mas relajado, me encuentro reposando (cual perro en la sombra) en una mesa con sombrilla y con vista a los transeúntes del Jardín del Centenario. La gente que pasa, lo hace quejándose del calenturiento sofocón. Los demás paseantes improvisan artefactos de ventilación con lo que tienen a su alcance y los que restan se resignan a ser una más de las víctimas del extremoso clima.

Al contemplarlos (con cierto dejo de supremacía) en mi zona de confort, me doy cuenta que varios de ellos me devuelven miradas hostiles como si fuera, yo, un desequilibrado al saborear con tanta vehemencia mi café caliente. Cosa que realmente me tiene sin cuidado, ya que prefiero mil veces mi comodidad a su consentimiento.
Yo sé que para muchos que están leyendo; un café en plena época de calor, es casi tan repugnante como un vaso de leche en el despertar de la resaca. Pero todo acontecimiento, por más inaudito que parezca, tiene consigo un esclarecimiento. Afortunadamente, cuento con familia en el “Cuatro veces heroico Veracruz”, y los múltiples viajes al bello puerto me han enseñado que el café es el mejor remedio para el bochorno. Por esta razón, es que cuando nuestros queridos Jarochos se encuentran borrachos de sol, se sirven su cafecito para hacer trabajar de la mejor manera el termostato. Lo recomiendo ampliamente, pero tengan paciencia. En los primeros sorbos uno empieza a sudar como si transbordáramos en Balderas a las tres de la tarde, pero si la imperturbabilidad los acompaña, llegando el tercero o cuarto, empiezan a aproximarse al estado natural de la lechuga. Otro remedio acertado, es el de no apartarse en todo el día, de la sección de los refrigeradores del Súper. Desgraciadamente, éste medida deja de ser eficaz en el momento en que recuerdas que tienes trabajo que hacer o una vida que seguir. Pero en el malestar de la resignación no queda de otra: o te aclimatas o te acli…friegas, por que no se ve para cuando el calor se anime a reducir la cantidad de blanquillos.

Ha pasado el tiempo de la mano de esta acalorada plática, y ya pasan de las 7:30 de la tarde. El calor sigue en pleno y la gente encuentra pretextos de donde sea para pedir la primera cerveza de la semana. Cuando hace algunos meses la penumbra se apoderaba de estas horas, hoy por hoy, el güero anuncia que no tiene intenciones de esconderse. Los ciudadanos de esta fogosa orbe, parece ser, tendremos que esperar que den las 10:00 para que llegue la noche junto con el limitado fresco.
¿Qué nos deparará el destino para los próximos días? Tal vez será peor, o a lo mejor el clima será misericordioso con nosotros. El extremo nos hace pensar que la naturaleza nos está poniendo a prueba, o nos está tratando de concientizar para que la empecemos a respetar. Para los estimados incrédulos, que siguen pensando que el Calentamiento Global es una historia fantasiosa, los invito a que pasen una tarde sentados en el sillón de mi alcoba. Si no se desmayan a los diez minutos les doy la razón a sus teorías.

Me despido brindando con agua de horchata y deseándoles mejores climas. Mañana será otro día, y si el Astro Rey insiste con su fuerza desmedida, tratemos de responderle con ímpetu y bloqueador solar. Veámonos muy pronto y vayámonos todos por la sombrita.

Alex VC

Un día como hoy, querido amigo Rafa, sería tu cumpleaños. Si la vida no hubiera tenido otros planes para ti, en este momento estarías repitiendo, con tu fascinante necedad, que cumplías dos años menos que lo que siempre informó tu Acta de Nacimiento. Te recuerdo con aprecio, y en la dimensión donde te encuentres, estoy seguro que la estás pasando como toda tu vida lo hiciste. Afortunado tú que estás con los que tanto quisiste en vida y con temperaturas más agradables.

3 comentarios:

  1. Fuchi el calor! pero tu hasya lo haces divertido
    Maru

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  2. Me encantó tu acalorada plática, un besote para tí y un beso para Rafita Abed en donde quiera que esté.

    Fer from Cancún, Muaaaaa!!!!! jiji.

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  3. Como me has hecho reir con tu amenísimo relato y como me has hecho llorar con tu dedicación a nuestro amado Rafa. Tienes una alma hermosa, Te quiero mucho, Laura ;)

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