jueves, 1 de julio de 2010

La Quincena Patria ©




Ha pasado casi una semana de que el Combinado Nacional terminó, menos que honrosamente, su participación en el Mundial de Sudáfrica. Los Mariachis callaron junto con las voces de esperanza de los que soñaban con ver a México en cuartos de final. El patriotismo malentendido hizo hasta lo imposible por demostrarle a la razón que esta siempre será apátrida cuando se trate de Fútbol. Los sueños más que guajiros de hacer a un lado la historia de frustraciones deportivas los han esfumado la realidad mexicana, la soberbia Vasca, y en una mínima dosis, la canina suerte. Perdió La Selección Mexicana (3-0) contra su similar de Argentina; México sigue igual de hermoso y lleno de inconvenientes.

Gran parte de la población dejó de lado sus problemas y obligaciones, por dos semanas (lo que dura, en promedio, México en los Mundiales), para ver a La Escuadra Verde practicar un deporte que levanta muchas pasiones, pero pocos trofeos. Férvidos compatriotas enfocaron su deseo de un México mejor en una actividad deportiva que no resuelve la situación del país, y cuyo sueño carece de justicia. Qué bueno que todavía existen los sueños y los buenos deseos en nuestro país; desafortunadamente varios de estos desaparecen con el silbatazo final del cuarto partido.

El Fútbol es, y será, un entretenimiento. Aunque va más allá de las pasiones no deja de ser un espectáculo (efectivamente señor Lapuente, dije espectáculo). Entonces, ¿Por qué se le dará una importancia por encima de lo verdaderamente trascendente para el País?, y ¿Por qué hay personas que entonan efusivamente el Himno Nacional cuando juega La Selección, y al término de la justa, se les olvida hasta la tonada? Estas respuestas las tenemos cada uno de nosotros los que vivimos distintamente la intensidad del Fútbol.
Pueda ser que la necesidad de buenas noticias nos lleve al extremo de creer que si México llega a un quinto partido, entonces también, lograremos salir de la crisis. O la desesperación por alegrías nos haga pensar que si la Selección Mexicana llegara a conseguir, mediante una combinación de eventos mágicos y fortuitos, La Copa del Mundo, entonces el País alcanzaría el primer mundo y la Justicia Social. El soñar es maravilloso, inclusive hasta en lo inalcanzable. El soñar es una de las pocas cosas que no cuestan nada, y está al alcance de todos. Es inclusive admirable y valiente, porque significa muchas veces atreverse. Entonces, ¿Por qué no mejor soñar en algo que realmente nos lleve a la felicidad?, ¿Por qué no soñar mejor en que México pueda ser un mejor lugar para vivir? o ¿Por qué no soñar con nuestra plenitud para vivir una mejor vida? No malgastemos nuestros sueños en el Fútbol, y menos, en el nacional. El deporte es para disfrutarlo y México es para procurarlo.

Hay quienes protegen con el alma, y hasta con puntapiés, al Equipo Nacional (ojala eso se lo transmitieran a los jugadores), ¡y ahí de aquel!, quien se atreva a hacer o a decir algo en su contra. La Guardia Nacional Futbolera no tolera discrepancias con La Selección; es considerado peor que pisotear el lábaro patrio.
Una vez, hice un comentario acerca de la falta de talento que existía en el Representativo Nacional, a lo cual, un ciudadano, infundadamente, me tachó de amargado y negativo; y hasta me dijo (con el Escudo Nacional casi tatuado en el pecho) que le estaba haciendo daño al Fútbol y a México. No quiero ni saber lo que piensa, entonces, este individuo de Emilio Azcárraga.
Bueno, inclusive, he visto a personas quienes han llegado hasta las lágrimas de coraje defendiendo a Javier Aguirre. Yo sé que si el señor fuera mago trabajaría en Las Vegas; y aunque no le podemos pedir que haga vino del agua, si le podemos exigir explicaciones por su lunática manera de actuar (pero no en San Lázaro; eso sí sería una exageración y una ignominia, ya que existen varios personajes que deberían comparecer primero que él). Me encantaría que volvieran a pasar su comercial en donde aparece exclamando desde el Ángel De La Independencia: “!Vamos a dejar de ser el país del sí se puede, por el de ya se pudo!”. Desafortunadamente lo sacaron del aire inmediatamente después del partido contra Los Charrúas.
Pues para su desgracia, y la nuestra, ni se pudo, y poniendo a individuos como él de ejemplo, ni se podrá. La cantaleta barata de Aguirre se empañó con sus acciones llenas de soberbia y malinchismo. El que decía que tenía una generación, como nunca, de jugadores de exportación, jamás supo, ni se atrevió a aprovecharlos. El que fuera el mandamás del Atlético de Madrid ni siquiera intentó hacerlo; debido a sus actitudes siempre medrosas y consentidoras. El ahora ex Entrenador Nacional jamás ha confiado en el talento mexicano; ocho años por Europa sin paisanos en sus escuadras (Ochoa y Vidrio no cuentan) y sus alineaciones en el Mundial nos lo confirman claramente.

Después del papelón, y de sudar la gota gorda, los jugadores hicieron sándwiches y maletas de regreso a casa. La gente que daba mensajes se apoyo a México lo dejó de hacer. La gente que hablaba con palabras de aliento hacia La Nación cesó inmediatamente su discurso.
Se terminó la participación de México en Sudáfrica y se guardaron las máscaras, las trompetas y el fervor patrio. Los soñadores del Gol se limitan a desacreditar a los mesurados, los realistas lograron digerir de mejor manera el disgusto y los negativos tachan de ingenuos a los que deseaban La Copa. Los patriotas deseosos de triunfos deportivos dejaron de envolverse en la bandera y los ciudadanos que no creían alcanzable el quinto partido ahora los envuelve la razón.
Terminan la Quincena Patria, y con esta, el inconmensurable anhelo de conquista y el amor efímero de varios conciudadanos por el país. Esperemos que, para efectos del Fútbol, el próximo Mundial dure, para nosotros, por lo menos otra semana más, y para efectos de nuestro pueblo, empiece a ser de todos los días.

Es bueno soñar cuando se hace en causas y anhelos justos. Es bueno también ser realista, por que sabremos a partir de dónde podremos empezar a soñar. Es bueno querer a México y comprometerse con acciones e intenciones; pero a todo momento, no solo en los Septiembres de cada año o en los Julios de cada cuatro. Después del méndigo entripado, es la reflexión que sale a relucir.

Al sueño de ver a México Campeón del Mundo lo truncó la realidad. La idea de señalar errores para aprender de ellos, la está pasando por alto la altanería de los dirigentes del deporte. Los mexicanos vuelven a sus actividades y preocupaciones diarias, sin dejar de estar pendientes en cómo culminará el Mundial. Los muy resentidos esperan con ansias la eliminación del Villano Pampero; y los muy conformistas, esperan que estos salgan victoriosos para manifestar que nos eliminó el campeón.
El Fútbol es un deporte encantador y emocionante, pero existen sueños dignos de perseguir. México es un país perjudicado por las circunstancias pero abrigado siempre por la esperanza. Hagamos un cántico por nuestra Nación y sigamos con la cara pintada; aunque La Selección no figure más. Recojamos los pedazos rotos y tratemos de pegar lo rescatable. ¡Y por qué no! Comámonos un bife bien cocido en honor a nuestros amigos del Cono Sur para que vean que no existe rencor por sus chapuzas de siempre y sus malintencionados golazos. Y para el desempance, un tequila doble en honor de nuestros compatriotas caídos en el La Guerra Deportiva.

Alex VC


Posdata:

México es un país que aguanta como pocos; pero que olvida como nadie. Cómo es posible que nuestra memoria sólo atienda a sus conveniencias y seamos siempre jueces tan severos. A quien hizo hasta lo imposible por mantener a nuestro equipo en la competición, al final de la misma, lo linchamos con comentarios innecesarios e hirientes. Es indignante que hayamos llegado hasta los insultos más crueles por el simple hecho de fallar en un deporte en donde la perfección nunca ha tenido cabida. Jamás vendrá al caso la ingratitud, y mucho menos con quien ha sido, históricamente, uno de nuestros mejores colaboradores. Se nos olvidó muy fácil la manera en que nos ha ayudado este protagonista, con sus grandes intervenciones, a lo largo de nuestras participaciones mundialistas. Es la historia de siempre, por eso mi queja y ahora este merecido reconocimiento: ¡A la bio! ¡A la bao! ¡A la bim-bom-ba! !El Poste! !El Poste! ¡Ra-ra-raaaa!......

3 comentarios:

  1. Solo puedo decir Maestro.....

    Pilo

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  2. ¡A la Bio a la Bao! Tú. Esta padrísimo este me encantó y me hizo reir. Te mando un Besito. Maru

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  3. Tienes toda la razón hay que ser patriota más allá de la selección. No es cosa de cada cuatro años es de todos los días.

    Male

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