lunes, 15 de agosto de 2011

Columna Adelantada © Season's Trees





Danger Mouse & Daniele Luppi present Rome - Season's Trees (ft. Norah Jones)






Un platillo resuena con el ímpetu suficiente para alertarnos, pero con la sutileza adecuada para dar paso a un agradable lapso de tiempo. Cada compás despierta la curiosidad de nuestra percepción y el ostentoso destino de ese sigiloso viaje es el deleite puro.

Season´s Trees es el nombre del sencillo que actúa, a la perfección, como preámbulo del disco que lleva por nombre: Rome, y el cual, ya levanta sospechas de éxito rotundo. El trabajo de mentes creativas y las grandes aptitudes traen a la luz esta canción repleta de sonidos placenteros, dignos de detener el curso de la atención. Danger Mouse y Daniele Luppi hacen uso de sus respectivos talentos en conjunto para darle paso a la creación y abren una puerta substancial en la compleja industria musical con una producción que se mantiene cerca de la exquisitez y alejada de lo convencional. A veces la excelencia alcanza los lujos, y para hacer de las letras una canción sublime, Norah Jones fue la elegida para interpretarla, seguramente por ser alguien quien siempre ha hecho de la música su aliada, o tal vez porque su inmensa sensibilidad no sólo emana de sus cuerdas bucales, sino de sus genes. Talento, Voz y música confabulan para llevar a los oídos a niveles alucinantes:

Comienza la pieza: transcurre el primer segundo y mente música ya conviven en armonía, la batería propone al cuerpo la cadencia y de inmediato se da la comunión músico-oyente; el ritmo cardiaco parece acoplarse al suave beat de los tarolas, al instante en que los oídos comienzan a identificar con agrado los demás instrumentos. Esa guitarra pausada en ejecución, pero toda excelsa en audición, hace que el sonido deje de ser del creador para ser del que lo escucha; las seis cuerdas y el efecto sonoro perduran a lo largo de la canción haciendo de la parte rítmica un componente imprescindible para el agrado. Los sintetizadores aparecen al vaivén de la resonancia como ecos planificados para hacer del ambiente un sitio perfecto para la conjunción musical. En todo momento están las líneas del bajo haciendo vibrar al cuerpo desde la primera nota y aportando sensibilidad extrema al audio. Cuando la mente está inmiscuida del todo con la melodía llega la voz: esa voz que agrada y que hipnotiza, y que por más que se intente darle un lugar específico, sigue siendo parte de un magnífico todo, pero es imposible no colmarse de agrado con ella. La lírica es simple, pero nunca vana, no da mensajes rebuscados (y qué mejor) pero propone, lo que la hace sencilla para el gusto.

Poco más de tres minutos bastan para apreciar este trabajo de gran calidad, y aunque el volumen es opcional, el “paro” nunca es parte de la expectativa. A lo largo de la canción la mente se adapta al ambiente y se embelesa con lo que percibe. Los tímpanos se limitan a prendarse de las caricias y el estado anímico parece calmado, aún con movimientos irreflexivos de las extremidades. En el recuerdo queda la creatividad de la realización y en el gusto quedan los sonidos regalados. El último platillo avisa que la canción llegó a su fin, dejando opción abierta para escucharla de nuevo.

http://www.youtube.com/watch?v=OgwMY1Fgg00

Alex VC

1 comentario:

  1. Que buena canción!!! Siempre con rus buenos gustos en la música. La recomendación de 19 y la reseña de 1000!!!! Susy Lu

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